miércoles, 5 de septiembre de 2018

Real Iglesia Parroquial de Santa Marta con la Capilla de Jesús Nazareno en la hermosa
Plaza de la Constitución de Martos. Una mirada desde la fortaleza baja de Martos, desde
la Torre del Homenaje del Castillo de la Villa.
Puede que la belleza sea pasajera, un instante en un tiempo inmenso, prodigioso.
Pero la Ciudad de Martos la conserva como las bodegas de nuestras almazaras conservan
el aceite de oliva virgen extra de gran calidad.
El bellísimo campanario de Santa Marta emerge como punta de flecha que asciende
al cielo desde la tierra, desde la plaza marteña, llena de sentimientos, sensaciones,
y por supuesto belleza. Siempre digo y pienso que Martos es Ciudad de Prodigios,
por despertar en las personas el deseo de plenitud. Por despertar en las personas
un amor intenso que recoge en su seno cálido todos los deseos guardados, reservados
en la profundidad interior durante mucho tiempo.
Abraza la plenitud de la belleza de Martos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario