Torre del tiempo, campanario y mirador excelso sobre la Plaza, Foro y Ágora
en Martos. Testigo de la vida de nuestros antepasados y de nosotros mismos,
con más de cuatro siglos y medio a nuestro lado. Torre de los vientos,
siempre elevada en la Roca y Peña de Tucci. Campanario y Torre
de la Real Iglesia Parroquial de Santa Marta. Francisco del Castillo,
"el Mozo". Esplendor del Renacimiento en Martos.

Parecen despiertos, con sus grandes ojos abiertos,
pero son leones durmientes desde hace décadas.
Cuando era niño, los recuerdo despiertos, en verdad
muy vivos y fuertes, manando agua sin cesar,
noche y día, incansables. Siempre en mi memoria,
siempre en mi corazón esta hermosa Fuente Monumental
de Martos. Francisco del Castillo "el Mozo". Esplendor
del Renacimiento en Martos.

Y la misma Peña y Roca permanece fiel al caminante
en el sendero a Tucci, en el camino a Martos.
Nos espera, nos aguarda a todas, a todos con el mismo
deseo, con igual fuerza que hace siglos y más siglos.
Pues en Martos, el tiempo pasa, pero puede regresar,
volver a nuestros días con una sola mirada a esta Peña
y Roca Encantada.

Fortaleza entre olivos y sierras en la tierra de Martos.
Castillo de Víboras, siempre vigilante, siempre elevado.
Poderosa fortaleza invicta de profunda historia
que alcanzó su mayor esplendor en el noble seno
de la Venerable Orden de Calatrava.
Martos y su Tierra sembrada de olivos, historia y emoción.

Martos despierta de un cálido sueño de verano.
Peña y cielo. Blanco y verde bajo un azul radiante.
Es el color de una Tierra brillante, hermosa y poderosa
en el tiempo. Es el espléndido color de Andalucía,
amante fiel de España.

Higueras en el camino. Martos. Un árbol tan antiguo y venerable
que ya estaba entre los árboles del Paraíso creado y cuidado por Dios.
Es tanta su grandeza y generosidad que con sus dulces frutos
ha calmado el hambre de muchas personas en épocas de necesidad.
Árbol Sagrado para los Seres Humanos y por supuesto para
una multitud de aves, insectos y pequeños reptiles que buscan
cobijo y alimento bajo su inmensa bóveda verde.
Higueras de Martos. Higueras en el sendero, siempre "Solidarias".

Calzada de Nuestra Señora de la Villa en Martos.
Una hermosa senda abierta entre rocas y lienzos de murallas
de origen medieval e incluso más antiguos de la fortaleza
baja de Martos. Una senda abierta en los años 40 del siglo
pasado, durante las obras del nuevo Templo de Santa María
de la Villa. Pues el anterior Templo Renacentista apoyaba
sus muros y cimientos en esos antiguos muros de piedra.
Resulta impresionante poder contemplar la roca viva que
es fuerte soporte de la poderosa fortaleza tuccitana.
La Calzada de Nuestra Señora de la Villa es un precioso
camino hasta el mismo cielo en Martos.

Puede pasar desapercibida para muchos caminantes. Puede estar olvidada
en la memoria. Pero todavía se levanta serena esta Cruz en el camino.
En la orilla del sendero se manifiesta sencilla, humilde con tan solo
un deseo, buscar la mirada, los ojos generosos de las personas que
pasan a su lado, tantas veces sin apreciarla, sin verla, sin conocerla.
Más que Cruz es fuente de sentimientos, manantial de antiguas
emociones que permanecen guardadas en este venerable símbolo.
Cruz en la Vía Verde del Aceite. Martos.

Todo está medido en esta vida, pues según el Libro Sagrado,
"hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados". De esta
forma, dos meses después del triunfo del Sol en el solsticio
de verano se puede apreciar claramente la decadencia de su luz
en nuestros días. Pero a pesar del lento declive, nuestra estrella
surge brillante y espléndida en la mañana, pues el secreto
del verdadero triunfo es la "Aceptación" total de la Ley
que a todos nos acoge y cobija.
El Sol se manifiesta radiante sobre la Peña de Martos
y alumbra el camino qie nos conduce a Tucci.

Recuerdo de la Feria y Fiestas de San Bartolomé en Martos.
Antigua Feria de la Fuente Nueva. 2020, año bisiesto que
deja una sensación, un sentimiento de profunda tristeza.
Puede que nada vuelva a ser igual y todo sea diferente.
Pero también creo que por tantas personas que han luchado
con todas sus fuerzas contra esta terrible pandemia y por
todas y todos debemos crear Esperanza, Ilusión y Fe
en nuestras vidas.

Martos desde las alturas hasta el llano. Diversa y única. Sencilla y compleja.
Ciudad forjada en los milenios, en su poderosa historia, en su invencible
Peña y Roca Encantada. Amante ardiente del Tiempo, pasado, presente
y también futuro.
Ciudad que se manifiesta en nuestros días, asentada sobre cimientos
creados por una multitud de pensamientos, ideas, emociones, religiones,
vidas y más vidas distintas y a la vez seguras de su intenso amor
a esta Ciudad Entrañable que tiene la gran virtud de sorprender siempre
por su sencillo deseo de vivir y volver a vivir. Es Martos.

Madera y Azulejos en armonía. Siglo XVI. Salón de Plenos del Ayuntamiento
de la Ciudad de Martos. Antigua Cárcel y Cabildo.
Una belleza original y sencilla donde el color de la cerámica vidriada
es un elemento fundamental en la decoración de este hermoso salón.
Martos guarda tesoros dignos de admiración.

A pesar de las heridas del tiempo, la cabeza de un querubín
sostiene a la misma Peña y Roca, elevando la fortaleza
que corona el Escudo de Martos.
En ocasiones y por desgracia suelen ser muchas,
los Seres Humanos podemos ser más hirientes que
el mismo tiempo, pues éste pasa y cumple con su deber.
Antigua Cárcel y Cabildo de Martos. Obra de Francisco
del Castillo "el Mozo". Año 1577.

Como una radiante estrella viajera, llegó de oriente a occidente
para ser la primera Dama del Imperio Romano. Julia Domna.
"Madre de los Campamentos". Pues acompañaba a su esposo
el emperador Lucio Septimio Severo, en sus muchas campañas
militares y era muy querida por el ejército romano.
Julia Augusta. Desde Livia, esposa del emperador Augusto,
dos siglos antes de nuestra Julia, solo ella disfrutó de "Poder"
en el Imperio. Poder verdadero y a la luz del día y no tanto
en la sombra, oculto como el de Livia.
La Colonia Augusta Gemella le dedicó esta lápida
conmemorativa para honrarla. Principios del Siglo III d.C.
Zócalo de Epigrafía Latina en la antigua Cárcel y Cabildo
de la Ciudad de Martos.

Érase una vez un tiempo maravilloso, sembrado de mitos,
dioses y héroes portentosos. Aquel tiempo brillante fue
llamado "Renacimiento". Mujeres y Hombres volvieron
sus ojos, cansados de oscuridad, a un mundo luminoso,
claro y lleno de vida.Y entonces, como en un sueño radiante
pudieron contemplar a "Hércules Invicto", levantar la poderosa
Peña de Tucci, Peña de Martos, de los fondos marinos
hasta la superficie de esta noble tierra tuccitana.
Por ello esta gran Roca Encantada es fortísima "Columna de Hércules".
Zócalo de Epigrafía Latina en la Antigua Cárcel y Cabildo de Martos.
Lápida conmemorativa de la Columna y Peña de Hércules. Siglo XVI.

Ciudadela, alcázar o Castillo de la Villa en Martos.
Ciudad fuerte y coronada por la historia con dos
poderosas fortalezas. La inexpugnable fortaleza alta
en la cúspide de la Peña de Martos y la soberbia
fortaleza baja, desde el Siglo XIII, Villa de Santa María.
Martos es Ciudad coronada con doble y rica diadema
que la proclama "Princesa de la Venerable Orden
de Calatrava en Andalucía".

Un Paseo en el regazo de la Peña de Martos.
La Ciudad Tuccitana aparece vibrante y en descenso
hasta el llano, donde se extiende con fuerza hasta
alcanzar los campos de olivos.
Para todas las marteñas y marteños este lugar, se conoce
como el "Calvario", recordando la pasión y muerte
de Jesús en un lugar elevado y cercano a la Ciudad
de Jerusalén.
Caminar despacio por este lugar, nos permite sentir
muy dentro de nosotros el Espíritu portentoso
de una Ciudad que hunde su raíz en lejanos tiempos.
Es Martos, es siempre Tucci emocionada.

A pesar de las ardientes noches, la Ciudad de Martos despierta
siempre hermosa, serena y despejada. Se muestra acogedora,
generosa y emocionada. Toda persona que la contempla
queda encantada y permanece en el interior de su magia
portentosa. Martos es Ciudad de Prodigios.