Adiós a Enero. Adiós a un mes maravilloso, invernal, helado y lleno de magia.
La Roca Encantada, la Peña de Martos se estremece bajo un cielo cubierto de nubes.
El caserío marteño se acerca a la cálida Roca, se adormece en el lecho ardiente
de la Peña que lo abraza y lo sostiene. Adiós a Enero, repleto de sensaciones,
emociones, sorpresas que descienden del cielo y sobrecoge.
La luz es de cristal en la bóveda celeste, nos alumbra con la pasión del invierno,
una pasión intensa, admirable, generosa, hasta dulce en sus aromas, en sus olores
que permanecen en la Ciudad de Martos y su sagrada Peña y Roca.
Es Martos, Invierno y Enero durante unas horas más.

Una Casa estremecida. Entre el Paseo y la Avenida Europa de Martos nos sorprende
esta casa llena de misterio, emoción y sensaciones de otros tiempos felices.
Su preciosa verja y su puerta están cerradas pero creo que en su pequeño jardín,
en su interior se mueven energías entrelazadas con la vida del pasado.
Todas las personas que se detengan un momento a su lado, pueden percibir
que la casa está triste, pero todavía tiene sus ojos abiertos y su corazón aguarda
una mirada de esperanza y renovación. De nuevo una Perla de nuestra Ciudad
de Martos que se nos muestra a cada paso, creando un espléndido collar.
Mirar y ver. Contemplar y sentir. Percibir y admirar. Todo eso en conjunción
es necesario para apreciar en todo su valor el Patrimonio, nuestro Legado.

Al final de la Carrera se levanta esta Casa excepcional en Martos.
Tejado a dos aguas como en tierras más frias, pues me recuerda a las casas
que podemos ver en zonas de montaña con un invierno intenso y nevado.
La Casa es luminosa, con ventanas y balcones que dejan pasar la luz del Sol.
Recuerdo esta preciosa Casa desde niño, por entonces el final de la Carrera era
un límite para nuestros juegos y aventuras de infancia.
Una Casa que es otra Perla en el llano marteño, sembrado de belleza y admirado
por tantas personas que nos visitan. El Patrimonio de la Ciudad de Martos
es inmenso, en las alturas y el llano.

Nuestra Señora de la Victoria y San Bartolomé en la Capilla de Jesús Nazareno.
Real Iglesia Parroquial de Santa Marta de la Ciudad de Martos.
La Venerable Ermita de San Bartolomé, junto a la Peña de Martos, está siendo
restaurada gracias a Dios. Un pequeño Templo de raíces profundas con un
bellísimo artesonado en su techumbre, que es el alma de este lugar sagrado desde
tiempos remotos. En estos días, María, nuestra Madre de la Victoria aparece
al lado de Jesús y de la excelsa imagen de San Juan Evangelista, un tesoro
del Patrimonio Religioso de Martos.
Decir también que la imagen de Santa Clara de Asís de esta Noble Ermita
se encuentra en estos días en la Iglesia Parroquial de San Francisco de Asís
de la Ciudad de Martos.

Han pasado muchos años de esta imagen, de una foto donde aparezco siendo un niño,
de la mano de un familiar sobre un gran monte de aceitunas en una antigua Almazara
de Martos. Han pasado muchos años, más de medio siglo de este momento de mi vida
y cuando miro la foto todavía percibo los intensos aromas de la aceituna madura bajo
mis pequeños pies de niño. Era un monte que me impresionaba por su inmensidad.
Nuestras vida esta llena de instantes profundos que dejan huella en el interior y jamás
se borran, permanecen guardadas con cariño, con amor en la profundidad del alma.
Creo que este niño está dentro de mi, no se ha marchado pues respira el aire de la ilusión,
de la emoción, de la esperanza y todas ellas mueven a la Persona, la restauran cada día.

Entre el entrañable Paseo de Martos y la calle Príncipe Felipe de nuevo aparece
una hermosa Casa que nos llama la atención. Con un bellísimo mirador en redondo
que se adapta al encuentro de las dos sendas marteñas. Azulejos, madera, cristal , ladrillo,
esta Casa es una verdadera Joya por su elegancia y armonía en este espacio urbano de Martos.
Otra gran Perla de nuestro Patrimonio, un enorme Legado que guarda con amor una ciudad
adornada con maravillosas casas, preciosos jardínes y excelsas fuentes.
Martos se muestra a cada paso que da el caminante, se descubre en plenitud sin esconder
nada, pues su realidad, su esplendor es excepcional y brota con toda la fuerza
de su intensa raíz.

El Sol alumbra esta preciosa Mansión en Martos. En el llano marteño se levanta
esta hermosa Casa con grandes ventanales y miradores al jardín y a la calle
Príncipe Felipe. Su belleza destaca en la distancia, se muestra llena de luz rodeada
de verde intenso. Es una Casa impresionante, un verdadero palacio en una ciudad
grande a los pies de la Peña y Roca Encantada. Martos enamora también en el llano,
se deja querer y es admirable en sus casas y mansiones de una época prodigiosa
en la creación portentosa, recreación de la luz en una espléndida Perla.

Martos bajo un cielo cubierto de nubes. Martos y su Roca Encantada,
su excelsa Peña que sostiene con fortaleza a toda una ciudad que reposa y vive
en su regazo. Las nubes vuelan en el aire y contemplan desde las alturas
el devenir de la antigua Tucci y la actual Martos.
Martos asciende hasta el cielo por su Roca y Peña, elevada sobre la tierra desde
tiempo inmemorial y remoto para ser Altar de los dioses y después Ara de un Dios
único, Misericordioso, poderoso en obras, Creador del Mundo.
Vuelan los aromas invernales de Martos y suben hasta lo más alto, hasta la fortaleza
de la Peña de Tucci. Vuelan los olores del invierno como incienso, siempre agradable
a Dios, nuestro Padre que está en el Cielo. Sobre todo en el Cielo interno
de cada persona, de cada ser humano. Pues el Cielo verdadero está en el Interior,
donde descansa la Vida Eterna.

Año Jubilar en Martos. Cruz Parroquial de Santa Marta en la puerta gótica
del Templo en la Solemnidad del Corpus Christi.
Un Ángel adora la Santa Cruz. Una preciosa obra de orfebrería del tesoro
de la Real Iglesia Parroquial de Santa Marta en Martos.
La antigua Ciudad y Sede Episcopal de Tucci se estremece, se postra humilde
a los pies de Jesús Salvador y de su Madre Santísima, la Virgen María. Un año
maravilloso para la renovación de una Fe que viene de lejos en el tiempo.
Un año para escuchar, reflexionar sobre la palabra de Dios que se mueve en torno
a Marta de Betania y su profunda relación de amistad con Jesús. Marta admira
al Hijo de Dios y confiesa que Dios Altísimo actua por medio del Mesías,
del Salvador enviado por Dios.

La Roca Encantada ruega al Obispado de Jaén interceda ante el Santo Padre Francisco
para la elevación a la dignidad de Basílica Menor del Templo de Santa María de la Villa
en la Ciudad de Martos.
En su Capilla de los Mártires descansa el Beato Manuel Aranda y la Beata Madre Victoria
Valverde, además de otras personas que entregaron su vida por su Fe en Jesús Salvador.
La antigua Ciudad Episcopal de Tucci, merece tener en su seno una Basílica, un Templo
que recuerde su historia, su pasado cristiano. La Roca Encantada por la dignidad de Basílica
del Templo de Santa María de la Villa. Ojalá el Obispado de Jaén sea sensible a este ruego
pues la Ciudad Tuccitana fue Sede Episcopal mil años antes que la ciudad de Jaén.

Antigua Iglesia Parroquial de Santa María de la Villa. Martos.
"Tiene esta 3 Iglesias Parroquiales, denominada la primera Santa María de la Villa,
  que lleva el título de la más Antigua y Principal".
- Pascual Madoz. Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España
 y sus Posesiones de Ultramar. 1845-1850.
La Roca Encantada, siempre por la Coronación Canónica Pontificia de Nuestra Señora
y Madre de la Villa. Reina y Alcaldesa Perpetua de Martos.

Ven a Martos. Ven al Año Jubilar de Santa Marta en la Ciudad de la Roca Encantada.
800 años de Fe, Esperanza y Amor en las manos de esta Santa Mujer de Betania.
800 años bajo la protección de Santa Marta, Patrona de Martos.
Ven a Martos, en este año tan especial, ven a conocer, a descubrir el sentimiento
y la emoción de una ciudad antigua y a la vez actual, renovada, pues el tiempo
es su amigo. Siente el poder de los siglos, de la piedra, el bronce y la madera,
el poder de la plata y el oro. Ven a la Ciudad de la Peña en el Año Jubilar
que acaba de comenzar con mucha ilusión. Atraviesa la Puerta Santa y entra
en la Casa de Marta para conocer a Jesús Salvador del Mundo.
Imágenes de la preciosa bóveda gótica que da paso a la Sacristía y a la Capilla
de Jesús. Puerta abierta de Real Iglesia Parroquial de Santa Marta. Martos.

2019. Año Jubilar en Martos.
Año 1219, siendo Fernando III, Rey de Castilla y su Padre Alfonso IX, Rey de León.
La Plaza Fuerte de Martos se incorporó a la Corona de Castilla. Después de cinco siglos
de dominio musulmán, la antigua Ciudad Episcopal de Tucci, regresa a la Fe Cristiana,
Católica y se inicia la veneración a una Mujer muy querida por Jesús Salvador,
Marta de Betania, Santa Marta.
1219-2019. VIII Centenario de Santa Marta en Martos y la Restauración de una Fe
que formaba parte fundamental en los cimientos de la Ciudad de la Roca Encantada.

Fuente Monumental. Martos. Como deciamos ayer, este es el corazón desterrado,
arrancado de su cuerpo sin tener en cuenta el dolor y la ausencia. Todos los marteños
conocemos esta preciosa fuente como Pilar de la Fuente Nueva.
El Águila que sostiene en sus poderosas garras, el Escudo de la Monarquía de FelipeII,
Parece levantar el vuelo en su deseo de regresar a su nido, a su hogar, al lugar que la vio
nacer, elevando con ella a la misma excelsa fuente, su compañera inseparable.

En la Fuente Nueva de Martos. Todavía despierta cada día esta hermosa Mansión
y se adormece lentamente cada noche con un intenso sentimiento de ausencia.
Es la ausencia que no se cura, pues forma una herida abierta y sangrante que también
comparten la noble portada del Templo de San Francisco de Asís, el Casino Primitivo,
el antiguo Círculo de Artesanos. Toda la plaza y por supuesto muchas personas que
no entendemos este espacio urbano sin su corazón. La Fuente Monumental, obra maravillosa
de Francisco del Castillo "el Mozo", era su corazón, fue su alma durante siglos hasta
el gran desastre que lo arranco sin más de su cuerpo. Desterrado permanece el corazón
y el dolor de la ausencia hace derramar lágrimas noche y día.

Torre de Santa María de la Villa asomada al Albollón de Martos.
Subir y bajar esta senda emblemática es entender, comprender y compartir
la esencia de Martos. Sentir la belleza pendiente de este sendero bajo nuestros pies
es participar también de la belleza de la Ciudad de Martos. Las marteñas y los marteños
la llevamos en el corazón desde la infancia, siempre la mostramos con orgullo
a las personas que nos visitan para conocer Martos. Basta ascender o descender por
la senda del cielo para percibir el aroma más intenso, respirar el aire de una ciudad
prodigiosa que sube y baja con nosotros.

Martos permanece elevada bajo el cielo. Una mirada es suficiente para entender
su permanencia a lo largo de los siglos. Ciudad que se muestra en la distancia
y llama en la lejanía a todas las personas que la miran. Martos aguarda y después
nos acoge en la cercanía, encanta, enamora en todas las distancias, levantada entre
la inmensidad de sus olivos y al caminar por sus calles, verdaderos senderos llenos
de belleza, siempre bajo la atenta mirada de la Roca Encantada.

Iglesia Parroquial de San Amador y Santa Ana en Martos.
Orientada a la salida del Sol que ilumina su fachada y su torre campanario cada mañana.
Calles entrañables rodean el Templo, calle la Fuente, Llana Alta y Llana Baja.
Espacio sagrado dedicado en su origen a San Amador, acogió a la tercera Parroquia
marteña en antigüedad, consagrada a Santa Ana, situada en un principio en el lugar
de la Ermita de Santa Lucía.

Bautismo de Jesús en las aguas del río Jordán por Juan el Bautista.
Pintura mural de Francisco Baños Martos en la Capilla Bautismal
de la Real Iglesia Parroquial de Santa Marta en Martos.
Hoy finaliza el tiempo de Navidad con esta preciosa fiesta del Bautismo
de Jesús, una escena fundamental, pues el Padre se deja oir para proclamar
a Jesús su Hijo Predilecto y muy Amado.
"Jesús, una vez bautizado, salió del agua. De pronto quedó abierto el cielo
 y vio al Espíritu de Dios bajar como paloma y posarse sobre él. Y una voz
del cielo dijo:
Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi favor."
-Mateo 3, 16-17.

Puede que los Ángeles caminen a nuestro lado sin darnos cuenta.
Puede que los Ángeles sientan como nosotros, sonreir y también llorar
y se emocionen con la alegría y la tristeza.
Mensajeros, protectores, guías, victoriosos sobre el maligno, que por cierto
también fue un ángel. El ángel más hermoso de los cielos. Derrotado por Miguel,
¿Quién como Dios?
Puede que sin percibirlo duerman junto a nosotros cada noche y al amanecer
nos despierten con un abrazo intenso. Ojalá jamás nos dejen de su mano.
Sin darnos cuenta permanecen muy cerca, generosos y entregados sin pedir
nada a cambio. Su resplandor es el reflejo de la Luz de Dios y su espléndida labor
es alumbrar el sendero.

Martos desciende hasta el llano despacio. Hasta sus inmensos campos de olivos.
Y siempre en íntima relación con nuestra Peña, pues no dejan de mirarse,
las sierras y montes que crean el gran horizonte.
Colores que dan vida a las miradas desde esta antigua Ciudad, verde, azul, blanco
y otros muchos surgen y forman en conjunción un estrecho abrazo.
Martos baja de las alturas en sus calles para compartir el llano y hacelo suyo, sentirlo,
amarlo en el verde intenso que refleja su muy amada tierra.