domingo, 27 de enero de 2019

Han pasado muchos años de esta imagen, de una foto donde aparezco siendo un niño,
de la mano de un familiar sobre un gran monte de aceitunas en una antigua Almazara
de Martos. Han pasado muchos años, más de medio siglo de este momento de mi vida
y cuando miro la foto todavía percibo los intensos aromas de la aceituna madura bajo
mis pequeños pies de niño. Era un monte que me impresionaba por su inmensidad.
Nuestras vida esta llena de instantes profundos que dejan huella en el interior y jamás
se borran, permanecen guardadas con cariño, con amor en la profundidad del alma.
Creo que este niño está dentro de mi, no se ha marchado pues respira el aire de la ilusión,
de la emoción, de la esperanza y todas ellas mueven a la Persona, la restauran cada día.


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