Martos (Jaén).

Olivos centenarios 

de Martos. Troncos 

milagrosos que crean 

universos de vida y armonía.

Y sobre ellos la inmensa 

bóveda verde que da forma

perenne a un cielo bajo el mismo cielo.

Vida, permanencia y estabilidad

abrazadas por la fortaleza sosegada

y paciente que regala el tiempo.

 

 Martos (Jaén).

La Ciudad de Martos 

siempre te aguarda,

siempre te espera.

Ven a Martos. Conoce Martos.

Siente Martos y escucha 

el latido de su corazón venerable.

 Martos (Jaén).

Arco del Calvario. 

Se levanta en un Paseo

entrañable, un sendero 

que se abre camino 

en la misma Peña de Martos.

Un espacio querido,

emocionante y sugerente,

antaño de "Romería" 

junto a la Ermita de San Bartolomé.

 Martos (Jaén).

La Peña de Martos 

y Ermita de Nuestra Señora

de la Victoria.

Siempre protectora 

y contemplando el horizonte

aparece la Fortaleza de la Peña.

 

Martos (Jaén).

Nuestra Señora 

de la Victoria.

Reina de la Peña 

de Martos.

Siempre junto a la Peña

legendaria está Nuestra Señora

la Virgen María. Muy querida 

y venerada en esta Ciudad Tuccitana.

 

 Martos (Jaén).

Ermita de San Bartolomé.

En el regazo de la Peña 

de Martos se levanta, sencillo

y entrañable, este antiguo 

y venerable Templo marteño

que guarda la querida imagen 

de Nuestra Señora de la Victoria.

Reina de la Peña de Martos.

 Martos (Jaén).

Siempre en el regazo 

de su Peña legendaria.

Roca siempre despierta 

mirando el horizonte.

Viva y creadora de belleza.

Martos con sabor a historia.

 

 Martos (Jaén). 

Donde sueña la historia.

Ciudad de corazón entrañable

y amante de la profundidad 

del tiempo. Es Martos.