domingo, 9 de septiembre de 2018



Martos desciende del cielo al llano. Desciende peldaño a peldaño en una escalera de aire,
en tonos azules y blancos. Y alcanza el intenso color verde de sus campos de olivos.
Miradas desde la fortaleza baja de Martos y el Templo de Santa María de la Villa.
Al fondo un hermoso telón elevado en las sierras, en los montes que abrazan nuestra
tierra fértil. Sensaciones profundas nacen en el interior al contemplar este manto urbano
maravilloso que es la Ciudad de Martos.
Ciudad con muchos siglos en su regazo, con un corazón venerable, que deja escuchar
su movimiento, sus latidos a tantas personas que se dejan conducir por el silencio.
Un silencio para escuchar, reposar, aprender, conocer.
Martos desciende del cielo al llano para ser amada y encontrarte.


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