martes, 18 de septiembre de 2018





El Cementerio de Martos, de lejos y de cerca. Un lugar sagrado y venerable. Un lugar
para el respeto donde también tiene su espacio el arte, la sensibilidad, la emoción
y por supuesto la belleza. Puede parecer incompatible la belleza con la muerte,
pero siempre hay que contar con el Amor, con el sentimiento, con las sensaciones
profundas. Todo eso crea belleza a pesar de la muerte.
Puedes esperar o no el despertar, la resurrección, puedes creer o no, puedes tener fe
o no. Pienso que lo importante es el deseo y el amor que no pasan nunca, permanecen
en los recuerdos, en las memorias, en el corazón. Y pasado el tiempo dejan su huella
intensa en este lugar, en su aire, en sus aromas, en el sosiego cuando paseas despacio
por sus calles y espacios. Puede parecer que el Sol no sale sobre un cementerio,
pero la luz surge cada día sobre él y nos regala esperanza cuando aparece en el horizonte.

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