martes, 4 de diciembre de 2018



Preciosa Mansión en el Albollón de Martos. Sede durante décadas del Monasterio
de Santa Clara de Asís en la Ciudad de la Peña. De niño, con la fuerza y la energía
de un niño, subía esta emblemática senda marteña, hasta la farmacia, situada en su
parte alta. Pero siempre recuerdo que al llegar a las Claras, reposaba, entraba al templo
muy despacio y contemplaba entre intensos aromas de incienso y flores al Santísimo
Sacramento. Jesús elevado para ser adorado por tantas personas que entraban como yo
al pequeño templo. Me sentaba en un banco y miraba con detalle todo lo que me rodeaba.
Respiraba el olor del incienso y me relajaba cuando mis ojos se centraban en la custodia
que nos mostraba a Jesús, Pan de los Ángeles.
Después de cuatro siglos en Martos, las Clarisas dejaron la Ciudad de Martos, creo que
en 1989. Aunque cada vez que asciendo el Albollón marteño mi ser vuelve al pasado
y se inunda de olores y belleza al recordar la puertas del templo abiertas y al Señor Jesús,
siempre regalando su esperanza a todas las personas que pasaban a su lado, tan cerca de Dios.

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