viernes, 14 de diciembre de 2018


Los días de cielos cubiertos parecen detener el tiempo en la Ciudad de Martos.
A pesar que las nubes no dejan de moverse, dejan un sedimento en la mirada, en un instante
señalan un momento temporal parado, detenido en ese espacio silencioso.
Miras, contemplas la ciudad marteña en un determinado momento y la mirada plasma
una imagen que permanece detenida en la mente, pues si miras pasados unos minutos,
la mirada te ofrece otra imagen diferente, distinta, pues aquello que poco antes estaba
cubierto, después aparece descubierto, despejado. La Mirada vive el instante en total
plenitud y lo recoge reposado en la memoria para permanecer en ella hasta el final.
Martos es Ciudad de Miradas y por tanto Ciudad de profunda Memoria y Permanencia.

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