lunes, 13 de agosto de 2018



Embalse del Víboras. Casillas de Martos. Entre sierras, en la tierra tuccitana,
surge este lago creado por manos humanas que es fuente de belleza, armonía
y muestra de la capacidad del ser humano de dar vida, de alentar el despertar
con la fuerza del agua. Un brillante espejo de agua donde se mira el dios Neptuno,
Señor y Rey de todas las aguas que reposan en este mundo. Entre olivos surgen
las aguas que aguardan saciar la sed de las personas y de nuestros campos y creo
que también de otros seres de poder cuando descienden a esta tierra de prodigios.
El pequeño pero generoso río Víboras es el cimiento, la piedra angular de este
precioso embalse que crece con la lluvia, aunque siempre tiene la confianza,
el sueño portentoso de un río, de una fuente maravillosa que alimenta la sensación
de esperanza, de renovación. Y siempre cerca de la Roca Encantada que refleja
su dulce magia en estas aguas que jamás duermen, esperan sin cesar dar vida.

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