sábado, 10 de marzo de 2018



Jesús de los pies gastados. Jesús de los pies besados. Recuerdo a esta imagen
de Cristo, desde niño, cuando besaba sus pies acompañado de mi abuela y ella
me enseñaba el cariño a Jesús en la cruz. Siempre lo recuerdo, lo llevo en el corazón.
Siempre tengo presente a mi abuela decirme que besara los pies de esta imagen
de Jesús, a la entrada del Monasterio de la Santísima Trinidad, en nuestra ciudad
de Martos.
Cuaresma en la Ciudad de la Roca Encantada y tantos recuerdos, emociones,
sensaciones que vienen a mi mente. Para mi es Jesús de lo pies gastados por
los besos, por las plegarias y oraciones de muchas personas que han dejado
a sus pies. La preciosa sangre que se derrama por el cuerpo de Cristo, su cabeza
alta y elevada al cielo, siempre me hace pensar en mi abuela que me enseñó
a querer a jesús, a esperar en su gran piedad por nosotros. Mi abuela que amaba
a Martos con intensidad y me enseñó a querer con fuerza a esta ciudad.

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