jueves, 19 de julio de 2018

Olivo Venerable en Martos. Madera Centenaria elevada sobre la tierra tuccitana. Huecos
donde reposa la vida y recrea su energía de siglos, de milenios a nuestro lado.
La diosa Atenea nos lo regaló como ofrenda a la sublime mortalidad del Ser Humano,
para que su Esencia verde intensa alimentara el fuego de la esperada vida después
de la muerte. Sagrada Madera de Olivo pues el Patriaraca Noé ya la trabajaba para
la elevación del Arca que superó el inmenso diluvio universal. Y en la noble tierra
de Martos, olivos y más olivos hasta crear un horizonte verde poderoso, capaz de 
parecer casi eternos, casi perpetuos en un mundo frágil que debemos aceptar, cuidar,
proteger y permitir su permanencia.

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