domingo, 22 de julio de 2018



Han pasado como un suspiro 50 años y un poco más. Mi abuela me relataba
con mucho cariño como era Martos hasta la terrible pesadilla que removió
hasta las cimientos de la misma Peña de Martos. Entre ellos me contaba
con mucha emoción que la venerada imagen de Santa Marta, nuestra Patrona,
con su hermoso dragón de plata cincelada a sus pies, se encontraba todo el año,
excepto durante su solemne novena, en una preciosa capilla abierta en la gran capilla
mayor del templo, con peldaños para bajar hasta el nivel de la iglesia. Contaba con una
hermosa reja. Esta capilla permanecia cerrada en el testero derecho del templo con un gran
retablo barroco. Es la actual capilla dedicada a San José que ahora permanece abierta
donde antaño estuvo cerrada. Aunque en nuestros días la maravillosa proporción gótica
de la Capilla Mayor del Templo ha sido herida sin tener en cuenta la historia, el pasado
y la tradición de siglos. Y el arco de entrada a la capilla de Santa Marta ha desaparecido
en el Altar Mayor de la Real Iglesia Parroquial. Caminos, sensaciones, emociones
de Martos, siempre con mi Abuela, mi Maestra en amar a esta ciudad desde niño.

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