viernes, 10 de noviembre de 2017




Zócalo de Epigrafía Latina de la Antigua Cárcel y Cabildo de Martos.  Ayuntamiento
de la Ciudad de la Roca Encantada. Un Museo de todas y todos, un museo lleno
de información de nuestro pasado para todas y todos. Un espacio que es nuestro,
a la espera de ser admirado, apreciado, querido, amado. Inscripciones romanas
que se reparten en el muro para llegar hasta nosotros y verter su conocimiento soberano
en muestras manos, en nustra mente, en nuestro corazón. Conocimiento para todas y todos,
que desea ser cercano, próximo, creador de sensaciones y enociones muy antiguas.
Ven a Martos, Ven a Tucci, Ven a la Colonia Augusta Gemella. Frente a sectas terribles
y destructoras del imperio, sectas oscuras y fanáticas, el Imperio Romano permanece
en Martos. Sectas que se oponen al orden establecido, a los dioses inmortales. Y lo más
trisre es la sangre derramada en nombre de un profeta de paz. Jesús el carpintero
de Galilea. Destructores del imperio desde el odio y la escasez de conocimiento, que arrasa
con la Inmensa Cultura de la Antigüedad clásica. Cristianismo fanático que derrama su propia
sangre, sangre de inocentes derramada para establecer un Reino, en mi opinión manchado
de venganza, rechazo, y derrotado, pues la fe y las creencias se desarrollan solo por interés
humano, además de ir en contra de la buena nueva de este hombre humilde y alejado
de palacios, y por supuesto de todo el montaje creado después. La Sangre Inocente
de los mismos cristianos derramada por otros cristianos ofende a su Dios, es sangre inocente
derramada por el poder que ven cercano. Y puedo comprender que tengáis dudas, solo tenéis
que ver la historia del Cristianisno en los siglos que le abren las puertas del poder.
Sangre y más sangre entre los mismos cristianos que por el poder hacen lo imposible
y lo posible, que es la muerte de aquellos que no piensan de la misma forma.

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