El Centauro,con el arco y la flecha, se alza en el horizonte celeste.
Representa la fuerza inmensa que tensa el arco y lanza la flecha hasta el cielo.
Aventura en la vida que surge como un reto prodigioso que aparece delante
de nosotros. El temor al fracaso se disuelve en la luz celeste que lo envuelve todo
con su radiante esplendor. Signo de fuego en los últimos días del otoño, signo
ardiente en esos días que se acortan en luz pero que nos aportan la esperanza
de una resurrección, de un despertar próximo, cercano.
Es Sagitario un signo de gran esperanza, de enorme ilusión, de grandes emociones
unidas a los atardeceres suaves y a la vez fuertes y sostenedores de la Fe, de una Fe
en la Persona, en el Ser Humano que es capaz de vencer con su esfuerzo el miedo
a la oscuridad. Su Flecha vuela en la bóveda celeste y va entrelazada con los sueños,
deseos, esfuerzos, alegrías y también tristezas elevadas en un vuelo poderoso entre
las nubes. Un vuelo que nos lleva de la mano hasta el Invierno, hasta el nacimiento
del Sol en tantos corazones que lo aguardan, lo esperan con intenso deseo.
Es Sagitario un signo de fogosa luz en tardes oscuras y noches densas y profundas.
El Centauro, el arquero, juntos, en el sendero bajo el resplandor de Júpiter, el gran
benefactor, la inmensa fortuna, el abrazo de la felicidad luchadora cada día.
Arquero que tensa el arco y lanza esperanzado la flecha hasta el Disco Solar.
Lo agarra con poder y lo sostiene en el horizonte, en ese horizonte interior
que todas y todos tenemos y que a veces olvidamos.
Muchas Felicidades de todo corazón a todas las personas nacidas a este mundo
bajo el destello del Signo de Sagitario.