martes, 7 de noviembre de 2017

Noviembre es un mes dedicado a los Difuntos. Un mes dedicado en realidad
a la muerte que vuela sobre el mundo y se posa donde le apetece.
Martos fue una ciudad muy unida a la relación profunda entre los vivos
y los muertos. De esta comunicación entre dos mundos tengo información
de las primeras décadas del Siglo XX.  Se realizaban en Martos muchas sesiones
de espiritismo con mucha aceptación. Sensaciones intensas que se intentaban hacer
en secreto pero que con el tiempo y la palabra se extendieron y eran conocidas
en la ciudad marteña. Puede que Martos fuese un punto de atracción importante,
pues creo que a las sesiones acudían personas de otras ciudades y pueblos cercanos.
El apogeo de todo este mundo oculto tuvo lugar en los años 20 y los años 30 hasta
la guerra terrible. Siempre pienso en las necesidades de las personas que buscaban
comunicarse con familiares, padres, hermanos, hijos, esposos, esposas......
Seguro que como todo en esta vida, había en todo esto mucho engaño y fraude
pero a pesar de todo puede que a veces, las menos creo, la comunicación fuese real
y auténtica. Es solo un pensamiento para entender que estas reuniones tuvieran
una permanencia en Martos. De todas formas que algo sea real y auténtico depende
de cada persona de forma absoluta. La Necesidad dicen que es Virtud, por eso
en la misma necesidad puede descansar la verdad y tambien la falsedad y la mentira.
Puedo decir que muchas personas se dejaron mucho dinero en todo este mundo
bastante oscuro. Pagaban por una palabra, una frase, un mensaje desde el más allá.
Pagaban por sentir de nuevo o hasta ser perdonados por familiares sobre todo.
El dinero entraba en el juego y eso me hace temblar, pues cuando el dinero se establece
como puente, la verdad se resquebraja, se hunde en mi opinión.
Recuerdo y agradezco de corazón conversaciones con personas mayores que tanto
me han regalado y siempre me han gustado desde niño.


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