domingo, 22 de octubre de 2017


A pesar de la oscuridad, Jesús es Luz en su Palabra, en su Mensaje, en su Buena Noticia
que se muestra abundante en sus obras. El Evangelio de este Domingo es poderoso
en su resplandor, pues me hace reflexionar y entender el texto plenamente vigente
en nuestros días. El tributo al César y el mismo César representan al Estado terrenal
que gobierna y administra en la tierra. Y Dios es el Reino de Amor que no solo es
celestial, también está en esta tierra, en el corazón de mujeres y hombres de buena
volumtad, en aquellos que son como niños.
"Enseñadme la moneda del tributo.
 Ellos le ofrecieron un denario y él les preguntó:
 ¿De quién son esta efigie y esta leyenda?
 Le respondieron:
 Del César.
 Entonces les replicó:
 Pues lo que es del César devolvédselo al César,  y lo que es de Dios, a Dios."
Mateo, 22, 19 - 21.
Nuestra querida España es una Nación Europea Democrática. Es una Democracia
Plena cimentada en la Constitución Española de 1978. Y en mi humilde opinión
me resulta doloroso que en una Nación descentralizada desde hace décadas, una parte
de la Iglesia de Cataluña, sacerdotes, religiosos y algunos obispos, apoyen con todas
sus fuerzas la separación de Cataluña de la Nación Española. Un apoyo frenético que
hace uso hasta de los Templos sagrados, en ocasiones con banderas secesionistas
en sus torres y campanarios. Su decisión es terrible, pues aumenta todavía más
la penosa fractura en la población de Cataluña. Una Pena enorme y una reflexión
serena a partir de la Palabra de Dios.

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