domingo, 14 de mayo de 2017



Una Sencilla Corona desciende del Cielo. Corona alada que al posarse en la Fortaleza
Baja de Martos un rayo de luz convierte en dos resplandores. Dos destellos, dos coronas.
Una para Nuestra Señora de la Villa y otra para su dulce hijo marteño. Una Corona
baja del Cielo para reposar en los cabellos dorados de la querida Madre de Martos.
Y los Ángeles que la sostienen en sus manos dejan una pregunta en el aire de esta
Diócesis de Jaén. ¿ Cómo es posible que la Madre y Señora de esta antigua Ciudad
Episcopal, una de las más venerables y antiguas de la península ibérica no esté coronada?
Y ya es cosa mia personal, preguntar a esta Diócesis de Jaén, ¿Cómo se acepta y se digiere
que Nuestra Señora de la Villa en Madrid, esté coronada hace años y el origen de la devoción
a esta querida advocación de María no sea coronada?

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