lunes, 22 de mayo de 2017

INSISTIR PARA PERMANECER. Insistir, insistir y volver a insistir,
ese es el secreto mejor guardado. Para entrar hay que llamar a la puerta.
Siempre llamar a la puerta. No es bueno entrar sin llamar, solo con la seguridad
un tanto incierta de los antiguos dioses. A veces puede que las personas no sepan
llamar, pues no han tenido esa necesidad en una tierra de puertas abiertas en muchos
sentidos. Pero las puertas abiertas son inseguras y ya su tiempo ha pasado a la historia.
Vamos todas y todos a realizar un esfuerzo en esta tierra de tanta necesidad histórica
y vamos a aprender a llamar a la puerta. Las aldabas son muchas y todas suenan
a la vez aunque hay que escuchar, también aprender a escuchar siempre. Primero
escuchar y después obrar.

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