jueves, 11 de mayo de 2017



Bajo el Signo Sagrado del Pez. En el Siglo III d.C. los cimientos de la antigua
religión romana se estremecen, tiemblan y comienzan a desmoronarse. Las ofrendas
por todo el Imperio, dedicadas a los antiguos dioses no tienen respuesta positiva para
la gentes desesperadas por la falta de recursos. El Incienso se eleva a borbotones en todos
los altares del Imperio por mandato imperial. Mientra tanto los cristianos son perseguidos
por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses de Roma. En realidad el caos se apodera de
un Imperio acosado en sus fronteras y con una enorme inestabilidad interior.
El Cristianismo progresa en la ciudades, pues agrupan a una población necesitada
en todos los sentidos pero sobre todo de Esperanza, de Renovación, deseosa de ser escuchada.
El Cristianismo es plenamente urbano y la Colonia Augusta Gemella participa de esta
realidad llena de nuevas sensaciones y una Fe nueva que promete la Resurrección.
Escapar del desastre y la Salvación que un joven y nuevo Dios muerto en la Cruz
dejaba en su corazón, se convirtió en una esperanza cierta, fuerte y hasta portentosa.
A pesar de los esfuerzos realizados a finales del Siglo III d,C. por el poder imperial
el Cristianismo se establece poco a poco como "Salvador del Imperio". Y su triunfo
está asegurado por la urgente necesidad de recuperar una administración fuerte en el
inmenso territorio que abarcaba. Tucci es Sede Episcopal desde la segunda mitad
del Siglo III. Su bellísimo Sarcófago Romano paleocristiano nos habla del poder social
económico y político de la jerarquía de la religión triunfante, ya en el Siglo IV.
En las imágenes, excelente copia del Sarcófago de Martos. Museo Arqueológico
de los Padres Franciscanos en Martos.

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