Pequeño y veloz, tan cerca del Sol, tan apegado a la estrella que lo enciende.
Mercurio, en honor de un dios audaz y venerado en la antigüedad como Señor
de la Comunicación, del comercio, viajes y cualquier relación de interés
para los seres humanos. Su poder para establecer negocios prósperos era valorada
en nuestro mundo mediterráneo, pues era creador de riqueza.
Tan cerca del Sol que puede ser su mensajero más fiel, de igual forma que el dios
era el mensajero de los dioses en su relación con las personas y volaba sin cesar
entre el hogar celeste y nuestra Tierra, nuestras casas, nuestras ciudades.
Termina Enero y Capricornio deja volar a Mercurio, vuela en el aire de Acuario.
Entra en Acuario con todas sus capacidades libres, veloz el dios alado fluye
en las corrientes de Acuario, siempre de aire, elemento perfecto para el mensajero,
sendero abierto para hacer surgir la relación, la comunicación a flor de piel.
Pequeño y veloz pero sobre todo genial en sus ideas y pensamiento que comparte,
deja crecer y regala en las señales de sus alas  como podéis contemplar en tantas
representaciones del mundo antiguo e igualmente del Renacimiento.