sábado, 20 de enero de 2018

¿Cuántas Lágrimas has secado hoy?   Siempre me sorprende el Papa Francisco.
Me asombra su fuerza, su energía que nace del Evangelio, de la Buena Noticia
de Jesús Salvador. Es una persona incansable en el anuncio de Jesús como Dios
renovador, cimiento de la justicia social, columna del amor intenso de un Dios
que NO es ajeno a los sentimientos de mujeres y hombres, niñas y niños. Un Dios
que se hace carne y sangre para compartir la humanidad en plenitud.
Palabras de Francisco en la Ciudad de Trujillo, Perú, llenas de sensaciones
poderosas. Palabras llenas de verdad, de emoción, de dignidad, siempre orientadas
a tantas personas  que aguardan una mirada de respeto, de consideración.
Me asombra, me sorprende el Papa Francisco, siempre, nunca defrauda en denunciar
la injusticia, la humillación, la violación de los derechos de las personas.
Lleva el peso de una Iglesia humana pero con el aliento divino del Espíritu Santo,
el aliento de Dios misericordioso. En la Tierra del Oro soñado y deseado,
Francisco nos muestra el gran tesoro de Cristo. Gracias Francisco.

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