La Peña de Martos abrazada por la niebla en esta mañana de Enero.
Una suave brisa húmeda toca el rostro y despierta sensaciones durmientes.
Un día encantado desde la Roca Encantada que reparte y regala su magia
y sus dones a todas las personas que la contemplan desde la serenidad
y el deseo de recibir el poder, su poder de roca de la historia.
El interior ya no se oculta, surge despacio hasta la mirada, asciende poco a poco
para dar a luz sentimientos y emociones. Reflexiones y pensamientos que fluyen
entre la maleza profunda y buscan el replandor que los acoge con cariño.