domingo, 3 de enero de 2016

Camino de la niebla va el Albollón. Asciende para encontrarse con ella en estrecha relación.
Amanece entre tinieblas y nada es lo que parece. Las apariencias siempre engañan, pues
no pueden mostrar la verdad en su esplendor. Podemos ver entre la niebla formas y destellos
de la realidad, aunque distorsionados por la falta del detalle claro y sincero cuando la luz
lo da a conocer. Martos aparece como en un sueño que nos envuelve de pies a cabeza.
Un sueño sereno que regala otra visión de la Ciudad. Todo igual pero a la vez diferente
y en descubrir la diferencia está la capacidad de la persona de conocer, respetar y amar
la pluralidad que la realidad guarda en su esencia.

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