viernes, 22 de enero de 2016

Altar de la Iglesia Parroquial de San Francisco de Asís. Martos.
En ocasiones hay que dejar el pasado en lo más profundo del Ser
y quedarse con la Luz que permanece imtacta y siempre triunfante.
Cuando nada podemos hacer por rescatar la belleza y la armonía
de antaño, la aceptación de otra realidad distinta es necesaria.
Todo en un momento dado desaparece por tantas y tantas causas
que se escapan a nuestros deseos que a veces sobrevuelan el pasado
sin cesar. Creo que hay que ofrecer el pasado y el presente ante el
Altar de la Luz y esperar que el resplandor no descanse de alumbrar
los senderos del tiempo.

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