domingo, 12 de mayo de 2019



Olivos de Martos. Árboles que viven, sienten alegría y también tristeza. Piden y agradecen
con gran humildad, nos regalan su serena belleza y su generoso fruto que guarda
con amor el venerable Aceite de la Vida. En la más remota antigüedad, Árbol Sagrado
de los dioses y por supuesto del Dios único pues su aceite creaba el fuego que alumbraba
sus Templos y lugares sagrados. Su Don es la permanencia pues resiste toda clase
de penurias y calamidades, siempre sale victorioso.
Contemplar estos campos de Olivos es vislumbrar un destello de Eternidad. Martos.

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