sábado, 4 de mayo de 2019

En la Puerta del Sol de la Ciudad de Martos, antigua Tucci, nos enseña una venerable
tradición, que nació nuestro Santo Patrón San Amador. Un joven tuccitano que llevaba
en su corazón, en su alma, el amor por una ciudad que guardaba en su interior el destello
de su historia cristiana como Ciudad Episcopal desde finales del Siglo III.
En el Siglo IX, la Ciudad de Córdoba, Capital de Occidente por su belleza, cultura
y esplendor se mostraba como la estrella de la mañana en el horizonte de Amador de Tucci.
El Gran Río, era un sendero fluvial que no cesaba de regalar poder y maravillas. Amador
fue a conocer y aprender con grandes maestros y la Providencia lo convirtió en Testigo
de Jesús Salvador y el mismo Gran Río lo acogió en su seno para mayor Gloria de Dios,
Misericordioso y Altísimo.

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