martes, 28 de mayo de 2019




Hermoso Palacio herido en la Calle Llana Baja de Martos, junto a la Iglesia Parroquial
de San Amador y Santa Ana. Lo recuerdo desde niño, cuando acompañaba a mi Abuela
a la misa de la tarde del domingo en el Templo de San Amador y me encantaba pasar
por el pasadizo, hoy desaparecido, entre la Calle Huertas y la Calle Llana Baja.
Mi Abuela me contaba que la gran argolla sobresaliente en el muro de este Palacio
servía para amarrar las caballerias cerca de la puerta de la mansión. Me contaba 
que el tamaño, belleza y fortaleza de esta argolla nos hablaba de la Nobleza de la Familia
dueña de esta Gran Casa Palacio, elevado en un barrio muy Ilustre y antaño lleno
de Palacios y Casas Señoriales.

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