lunes, 23 de enero de 2017

Nos acercamos a Martos por el camino. Además de su peña que no aparece en la imagen
podemos ver la Fortaleza Baja, el Templo de Santa María de la Villa y una parte del casco
antiguo de la ciudad. Nos acercamos a Martos y comenzamos a sentir, a escuchar un corazón
fuerte, muy poderoso. Un corazón que permanece a lo largo del tiempo que ya es mucho
en la vida extensa, profunda y entrelazada en los siglos. Ven a Martos y disfruta de una ciudad
encantada llena de aromas entrañables. Ven a Martos y siente en tu interior la sensación
a la vez antigua y renovada de una tierra maravillosa.

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