viernes, 11 de noviembre de 2016




La Perrita reportera Cleo y yo, paseando por la Calle Vereda Ancha. Martos.
El Casco Antiguo de Martos siempre regala sorpresas a los caminantes tranquilos.
Aparece un mirador y desde su elevación podemos disfrutar de unas vistas preciosas
de la Ciudad de Martos. Sobre todo si miramos el horizonte y el Templo de la Villa
que se muestra espléndido, poco después del amanecer.
La Vereda Ancha es una senda apacible con muros de piedra que sostienen como
cimientos la tierra más alta que la sobrepasa y bordea. A estas horas de la mañana
es un paseo muy relajado que despierta a las personas que desean y buscan encontrarse
de verdad con Martos. Con su naturaleza y esencia.


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