domingo, 20 de diciembre de 2015


Plaza de la Fuente Nueva. Martos.
Domingo tranquilo y suave que no parece estar en el umbral del Invierno.
El Otoño se nos va sin haberse dejado sentir, sin haber regado nuestra tierra
y sin darnos su aroma, su olor inconfundible. La desesperanza de la tierra se muestra
en sus frutos arrugados por la falta de agua que parece habernos abandonado, dejado
de su mano generosa.
Desde esta Plaza entrañable con tanta agua regalada a lo largo de los siglos, espero y deseo
el agua del cielo, el agua de la vida para saciar la sed.

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