lunes, 28 de diciembre de 2015

Invierno alejado de sus fuentes. Invierno distante de su esencia.
Y Martos siempre a la espera de ser abrazada por aguas y nieves.
Es tiempo de sentir el helado aliento que desciende del cielo y cubre la Ciudad.
Es tiempo de percibir sensaciones distintas que hace tiempo permanecen ocultas
y sumergidas en el pasado.
Martos es Ciudad insigne, fuerte en sus fortalezas y sensible a las emociones
que se deslizan despacio y aletean entre sus piedras gastadas por el devenir.
Martos es Ciudad que acepta los vientos que vuelan sobre ella y las llama por su nombre
por ser Urbe milenaria y consagrada.


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