sábado, 5 de diciembre de 2015

Martos es una Ciudad cercana, próxima al corazón.
Cualquier imagen suya queda grabada de forma imborrable
y permanece a pesar del tiempo en la memoria. ¿Quién puede olvidarse de ti?
¿Quién puede dejar de amarte? ¿Quién de tus hijas e hijos, del pasado o del presente,
puede dejar de sentirte?
Tu voz incansable es caminante entre los siglos y hasta penetra la tierra más profunda
donde descansan y esperan tantos brotes de tu antiguo y venerado tronco. Por eso la tierra
es leve para las semillas que aguardan.
¿Cuántos dioses te han deseado y han elevado sus templos en ti?
Martos es Ciudad que nunca duerme, jamás olvida y siempre, noche y día,
tiene su lámpara ardiente por el aceite sagrado.
 




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