Tan cerca de la Roca Encantada que podemos tocarla, sentirla, desde este Paseo
entrañable en el regazo de la Peña de Martos. Un Paseo dulce con la Roca
a nuestro lado, cercana, unida a nosotros con el poder del tiempo. Siempre
con la mirada puesta en la Ciudad de Martos que reposa suavemente en el lecho
sublime, perpetuo, tan antiguo como la vida en esta tierra. Caminar a su lado, despacio,
nos permite percibir las sensaciones, emociones que desprende la Roca Excelsa.
Sobre todo mantener abiertas las puertas del corazón, del espíritu para acoger
en plenitud, la inmensa Fuerza que brota poderosa de la Roca Encantada, pues de ella
surge la bendición de Dios Altísimo para la Venerable Ciudad Episcopal Tuccitana.