domingo, 16 de abril de 2017

Esta tarde comienzan los cultos a Nuestra Señora de la Villa en Martos. Unos cultos
que desde el Siglo XVIII dedican los labradores de Martos a tan Excelsa Señora.
Unos cultos que se centran en un Triduo que en realidad es tan ajustado que resulta
escaso. La verdad que es extraño esta escasez para muchas personas que vienen a conocer
a la Madre y Reina de Martos, a la Soberana de la Fortaleza y Alcázar de la Villa.
Se extrañan con toda razón pero desconocen que los cultos más solemnes y principales
a la Madre de la Villa se celebraban en el mes de Agosto, pues su Fiesta es el día
de la Asunción de Nuestra Señora, 15 de Agosto. Esta celebración del Martes de Pascua
de Resurrección es una fiesta particular de los labradores marteños.
La Solemne Novena y Fiesta principal del Templo Parroquial, después del Corpus
Christi, se realizaba nueve días antes del día de la Asunción para celebrar este día
con gran alegría y devoción a esta Señora de cabellos dorados. Pensando un poco,
solo un poco, es triste despojar, olvidar, renunciar y hasta sepultar nuestras tradiciones.
Con tantos siglos en su regazo maternal, junto a su divino hijo,  nuestra Madre siempre
está a nuestro lado, junto a nosotros, elevada sobre el caserío en su Templo.
La Roca Encantada ruega una reflexión serena para recuperar el profundo sentimiento
de nuestros antepasados. Creo que despojar a su Venerable Templo de su Antigua
Dignidad Parroquial ya fue suficiente para que los cimientos de la Fortaleza Baja
de Martos se estremecieran en la profundidad de la tierra.
Y siempre la Roca Encantada por la Coronación Canónica Pontificia
de Nuestra Madre y Señora de la Villa.


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