Audaz y valiente el Papa Francisco en Egipto. Es una persona que nunca defrauda
en sus obras y en sus palabras que siempre penetran en el corazón. Una persona
profunda en sus pensamientos que expresa en libertad para dar vigor, poder a la libertad
de la persona. Nos entrega sus emociones, sus sensaciones, su fuerza interior que comparte
con todos. Francisco es mensajero de paz en libertad y jamás pasa desapercibido.
Pues su cultura es la cultura sencilla, humilde, serena, es la sabiduría de los pueblos
del mundo que desde su dolor por emerger y permanecer desean una voz que se levante
en el horizonte. Francisco es la voz de los tristes, de los abandonados, de los olvidados
y también de todas las personas que buscan a Dios Misericordioso y Altísimo.
Francisco vence las amenazas desde su inmensa sinceridad, claridad y por supuesto
con el Amor de Jesús Resucitado. Francisco une, entrelaza, respeta, cuida y escucha siempre.