jueves, 15 de diciembre de 2016


Una Moneda para el Barquero. Una moneda para surcar las aguas del más allá.
Poco o nada se podia esperar de unos dioses caprichosos y amantes de los placeres
terrenales que disfrutaban con escasa responsabilidad. Y a excepción de casos concretos
cerraban sus ojos al dolor del Ser Humano. El único consuelo descansaba en las pequeñas
divinidades del hogar, familiares y seres queridos que como antepasados respetados en vida
por el difunto, pueden ayudarlo en un mundo donde los caprichos de los dioses continuaban.
Escasa era la esperanza y muy grande el miedo y el temor a la muerte.
Lápida sepulcral en el excelente zócalo de epigrafía latina de la antigua Cácel y Cabildo
de Martos. Lápida funeraria de la Colonia Augusta Gemella.


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