viernes, 16 de septiembre de 2016





A los Palacios y Mansiones de la Ciudad de Martos.
Palacios derruidos, humillados, mancillados, destrozados hasta sus cimientos.
Otras veces conservados, partidos y repartidos. Pintados y repintados como en este caso
de nuestro Albollón. Nuevas puertas y nuevas ventanas. En la portada del palacio se abre
una ventana si más, sin respeto.
Este palacio conserva en su fachada una lápida conmemorativa preciosa. La más esplendida
que se puede ver en la Ciudad de Martos. Dedicada en 1910 a Doña Dolores Torres,
a la que también esta dedicada esta Calle emblemática de Martos.
Hay muchas muestras del desastre, muchos ejemplos que no guardan silencio
no se callan y cuando personas que nos visitan escuchan despacio el dolor
de nuestro Patrimonio, quedan escandalizados ante el desastre. Y no debemos
olvidar que es un desastre aceptado y permitido para nuestra desgracia.

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