En Soledad y solo acompañada por el paso de coches para ascender
a un Martos elevado y antiguo.
Es triste contemplar tu silencio solo roto por el sonido, a veces terrible,
de los motores. ¿Y las Personas dónde están?
¿Dondé está el sonido de las Gentes de esta Ciudad?
La Palabra y hasta su respiración, el palpitar de su corazón.
A veces pasa alguna persona y lo hace sin mirarte, sin detenerse
con la mayor rapidez posible.
Es triste sentir tu deseo insatisfecho desde hace tiempo. Calle Campiña
de Martos, es tu deseo renacer, resurgir, aparecer de nuevo en la vida
de esta Ciudad.
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