Una Casa en las afueras. Se levanta llena de encanto en el camino que nos conduce
a Fuensanta de Martos. Muy cerca de la desviación que lleva a los antiguos Baños de Martos.
De nuevo el ladrilllo es el protagonista, junto al bellísimo mirador adelantado hasta el sendero.
Casa elegante, con un diseño precioso y donde su color rojizo acompañado del blanco le
otorga una especial sensibilidad. Fuente incesante de miradas en la senda verde de olivos.
La Ciudad de Martos es manantial de agua y belleza, admirable, poderosa en luz en todas
las estaciones del año. Luz que recogen sus nobles casas y la reparten con dulzura.