martes, 26 de diciembre de 2017

Puede que a veces Dios se asome a una ventana abierta en el cielo.
Puede que de forma extraña para nosotros, aparezca en esa ventana.
Puede que nos mire despacio y contemple nuestras pequeñas vidas.
En algunos momentos creo que Dios se muestra en esa ventana
con rostros diversos, apacibles, dulces. Y siempre tiene una Idea,
un Mensaje, un Sentimiento muy especial para nosotros.
Rostros y también brazos y manos para sustentar, apoyar, abrazar
y por supuesto curar, salvar y mantener la vida. Escuchar, intentar
entender esta idea, abrir y leer el mensaje, compartir y acoger el sentimiento,
tal vez sea una labor complicada, difícil, extraordinaria.
Puede que si para Dios "Nada hay Imposible", también es posible
la realidad y capacidad del Ser humano de ver abierta una ventana
en el cielo y Dios asomado en ella.




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