viernes, 16 de noviembre de 2018


Iglesia Parroquial de San Francisco de Asís. Martos.
Un Viernes más aparece Jesús como Pan Eterno. Bendito sea Jesús en el Santísimo
Sacramento del Altar. Está muy cerca, en nuestro interior más profundo. No está escondido,
pues se manifiesta día y noche con todo el Amor del Padre. Lo conoce todo de nosotros desde
la superficie más clara hasta las grutas de nuestro Ser que en tantas ocasiones de la vida,
somos incapaces de entender y aceptar como nuestras. Es Jesús Resucitado que descendió
a los infiernos para sentir el dolor de la humanidad desde dentro de ese intenso dolor. En sus
manos, en sus pies y costado, la llama ardiente que derrota las tinieblas. Es Jesús victorioso
sobre la muerte y lo tenemos a nuestro lado, siempre por la voluntad del Padre Eterno.


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