viernes, 2 de noviembre de 2018


Conmemoración de todos los Fieles Difuntos. Cuando pensamos en la muerte puede ser
que no veamos la lámpara creada por Dios para alumbrar esta tierra, pero ella siempre
está a pesar de las nubes. La muerte oscurece el pensamiento si nos dejamos llevar por
las tinieblas. Aunque la Estrella de Jesús Resucitado, siempre resplandece si tenemos
la paciencia de ver despejarse el cielo. Poco a poco el viento aleja las nubes y nos muestra
de nuevo la luz que nos conduce a la Vida Eterna, siempre junto a Jesús vencedor de
la muerte y del ángel caído.
La Roca Encantada permanece fiel a lo largo de los siglos, de los milenios, siempre
a nuestro lado, invencible, perpetua. Y junto a la Roca y Peña, la constante intercesión
de Nuestra Madre, Santa María que no cesa de rogar por todas y todos. El Señor,
nuestro Dios, es Dios de Vivos y no de muertos, para él todos vivimos de una forma
o de otra. Gracias a la Pasión y Resurrección de Jesús Salvador del mundo.
Peña de Martos y Altar de Dios que está más cerca del cielo en compañia de Nuestra
Señora y Reina de la Villa.

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