domingo, 27 de mayo de 2018



Solemnidad de la Santísima Trinidad. El Padre creador eterno sostiene al Hijo,
a Jesús Salvador en la Cruz, en la cúspide el resplandor del Espíritu Santo, reflejado
como una Paloma entre los destellos que dan la Vida Eterna.
Desde niño y durante años, la Santísima Trinidad fue un Misterio profundo,
insondable para mi. Ahora pienso en la llave que abre la puerta del gran Misterio.
Es el inmenso Amor de Dios, Un Amor que comparte desde su interior para después
entregarlo al universo, al mundo, a cada persona, a cada ser vivo, a toda la creación.
Creo que Dios es Uno y es también Santa Trinidad, pues se regala, se ofrece lleno
y totalmente sin guardarse nada, sin dejar nada por compartir.

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