jueves, 24 de mayo de 2018



La Roca Encantada y la Fortaleza Alta de Martos. Miradas desde la Ermita
de Nuestra Señora de la Victoria, en el regazo de la Peña de Martos.
La Ciudad de Martos es radiante en el horizonte gracias a su Peña inmensa.
Es Reina de extensos campos de olivos que se muestran desde las laderas
de la Roca y creo que nadie que la haya contemplado despacio, pueda olvidar
su belleza y el resplandor de una ciudad que se entrega, se ofrece generosa
a todas las personas que la visitan. Solo una mirada basta para enamorarse,
para llenarse de Martos. Solo una mirada basta para percibir hasta lo más profundo,
el espíritu antiguo de una ciudad que es un regalo para el alma, una ciudad que desea
conocerte.

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