miércoles, 20 de mayo de 2015


La luz del Sol contempla la belleza y se deja amar por ella.
En esta preciosa mañana de Mayo, fresca, suave, acogedora.
El resplandor desciende en el aire con el impulso creador de la Primavera.
Grandes miradores, ventanales que abrazan la luz y la regalan a un interior
deseoso, esperanzado, amante del destello que ofrece vida.
Un paseo sosegado por la Ciudad de Martos, siempre junto a la luz,
nos da miradas abiertas, libres, portentosas y admirables.
La Ciudad de Martos está a los pies de la luz, reflejada en el espejo
de la Roca Encantada. 

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