domingo, 3 de mayo de 2015


Exuberante, abundante y copioso Mayo. Excelente en sus manifestaciones, fastuoso
en sus aromas, colores y sonidos. Días de Primavera en radiante plenitud.
Dedicado desde hace siglos a la Virgen María, Madre de Jesús. Mes de entrañable
devoción entre pétalos de flores, que todas y todos llevamos en el corazón desde la niñez.
La Ciudad de Martos acoge y eleva en su fotaleza baja a Nuestra Señora, en su querido
Templo de Santa María de la Villa. Doncella de cabellos dorados a la luz de Mayo.

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