viernes, 26 de agosto de 2016


A los pies del Templo de Santa María de la Villa. Calle Motril en Martos.
Un entramado de sendas y rincones que conforman un espacio urbano precioso.
La Calle Motril asciende desde el Albollón hasta las plantas del Campanario
de Nuestra Señora. Me gustan los aromas que surgen a cada paso, durante todo el año.
En Martos, lo más bonito es dejarse llevar por la intuición y las sensaciones que nos cogen
de la mano para mostrarnos la belleza de una Ciudad. Dejarse llevar para descubrir
o redescubrir de otra forma, con diferentes emociones para ver y contemplar de otra manera.
Martos nos da la oportunidad de renovar nuestra mirada, de cambiar en profundidad
todo lo que vemos y crear una visión diferente de todo lo que aparece ante nosotros.

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