lunes, 19 de octubre de 2015

Ni una gota de agua.
Martos de aguas abundantes y manantiales generosos.
Martos de fuentes rebosantes, plenas y saludables.
Martos de tierras surcadas por corrientes sumergidas.
Y ahora ni una gota preciosa de agua. Hasta la Fuente insignia de la Ciudad
está seca, desolada y en sus caños el deseo del agua de la vida.
Martos, tantas fueron tus aguas y ¿dónde están?

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