domingo, 25 de febrero de 2018

Los Dioses de Egipto en Tucci, en la Colonia Augusta Gemella.
Desde muy antiguo en la península Ibérica, occidente mediterráneo,
se amaban los símbolos divinos que llegaban poco a poco, por medio
de comerciantes y sobre todo por los soldados de los ejércitos invasores.
Eran una mercancia extraña, lejana pero muy admirada por las gentes
de esta tierra. Fenicios, griegos y cartagineses llegaron con sus bolsas
repletas de divinidades del oriente mediterráneo. El comercio era cada vez
más intenso y el deseo de descubrir estos dioses tan poderosos que garantizaban
la vida después de la muerte, si abrazabas sus símbolos con Fe verdadera.
Roma fue la gran Maestra en enseñar y mostrar el misterio oculto
de estas creencias que viajaban por mar y tierra, alcanzando cualquier
ciudad de Hispania, de manera más fuerte en la costa y en el sur de Hispania.
Por eso pienso en la Colonia Augusta Gemella, en sus ciudadanos más poderosos
y también en los humildes. Pienso en sus paseos por el foro de la colonia
y los comerciantes les ofrecían esta clase de objetos sagrados, sobre todo
los procedentes de la tierra del Nílo, tan llena de enigmas y misterios, centrados
en la nueva vida que entregaban sus dioses después de la muerte.
Legionarios que regresaban a su hogar, con escarabajos, pequeñas imágenes
de los dioses de Egipto, Isis, Osiris, Anubis y hasta de la muy venerada Bastet.
diosa gato. Objetos de muy fácil venta y a un buen precio por el enorme
interés que despertaban en la población en general.
Vender el misterio de la vidad eterna era un estupendo negocio y próspero
para enriquecerse en una ciudad como la Colonia Augusta Gemella.
Además, Roma, aceptaba a todos los dioses y los incorporaba a un inmenso
panteón divino que solo debía ser fiel a Roma y al Emperador que representaba
el Estado  desde Octavio Augusto.
Puede se que con el paso del tiempo se levantaran espacios de culto
para estas divinidades que durante los Siglos I y II ganaron muchos adeptos,
muchos fieles que acudían a realizar ofrendas y sacrificios de forma permanente.
Con el Siglo III, también llegó la gran crisis en todos los aspectos, en todos
los planos del mundo romano. Avanzado el siglo y en pugna con otro dios
de oriente, Mitra, llegó la gran oportunidad de una Fe un tanto especial, sobre
todo por negarse sus fieles a honrar y venerar a los Emperadores Divinizados
por el Estado Romano. En graves tiempos de crisis, el Cristianismo entregó
a sus mártires para obtener una raíz extensa, una red de pescadores abierta
por un imperio que se desmoronaba. Siempre me ha impresionado el deseo
del Ser Humano, el intenso deseo de ser escuchado en sus plegarias y oraciones.
El poder del Ser Humano para crear y recrear, paraísos e infiernos, cielos
y lugares en tinieblas. Es un deseo y un poder que aparece muy pronto
en la evolución de nuestro desarrollo mental.
Por supuesto el telón de fondo tiene dos partes muy bien establecidas,
la vida en la tierra, su control absoluto y la vida eterna, después de la muerte.
las dos vertientes van a un mismo cauce que es el Poder.




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